En contacto con la naturaleza: En la Playa del Escambrón

En la tarde del domingo pasado nos dimos una escapadita a la playa. Yo necesitaba salir, pero no a cualquier sitio. Tenía que ser un lugar en donde estuviera en contacto con la naturaleza. En estos días he tenido mucho trabajo y necesitaba despejarme. Así que nos fuimos a buscar una playa dónde pasar una rato en familia.

De primera intención nos dirigimos a Ocean Park pero al parecer todos tuvieron la misma idea porque estaba llena. La intención era buscar un sitio tranquilo pero que no estuviera muy lejos pues mi esposo trabajaba en la noche. Casi sin darnos cuenta llegamos al Escambrón en el Viejo San Juan. Debo confesarles que aunque hemos pasado por la entrada en incontables ocasiones nunca nos habíamos aventurado a entrar.

La llegada
Lo que encontramos fue exactamente lo que buscábamos. Nos ubicamos en una posita que hay al lado que da hacia el Condado. Era perfecto pues no había muchas personas, las aguas estaban tranquilas y la arena invitaba a jugar.

Los nenes no resistieron la tentación y lo primero que hicieron fue darse un chapuzón. El agua estaba tibia y a la misma vez refrescante. Yo aproveché para caminar por la orilla, mi actividad favorita cuando voy a la playa.

Luego del chapuzón comenzó la clase de construcción. Tomaron sus juguetes de playa y empezaron a construir un castillo pero rápidamente se dieron cuenta que si querían hacerlo debían idear alguna manera de ganarle espacio al mar. El espacio entre la muralla y las olas era pequeño por lo que la erosión del agua terminaba destruyendo todo a su paso.

Solución del problema
Construcción de un dique. Cavarón un dique justo antes de su castillo. Esto funcionaba pero era necesario estar pendientes de vaciarlo para que el agua no llegara al castillo.

Muralla rompeolas. Este fue el segundo intento y dio muy buenos resultados. Buscaron lajas de piedras y las colocaron en forma de una muralla rompeolas. Descubrieron que de esta manera no tendrían que preocupase por vaciar el dique.

Para terminar dimos un paseo por el área y observamos el rompeolas tamaño real. Creo que este concepto nunca más se les va a olvidar.

En conclusión.
Pasamos una tarde relajada en familia, aprendimos la ciencia de la construcción de diques y rompeolas y todo en contacto con la naturaleza.