En contacto con la naturaleza

Hace unos días queríamos salir  a distraernos y compartir como familia.  Pero no deseábamos ir a un sitio cerrado, tampoco donde hubiera mucho bullicio.  Queríamos visitar un lugar tranquilo, lleno de paz y que nos permitiera estar en contacto con la naturaleza.  Que mejor elección que visitar  un bosque.  Así que nos pusimos los tenis, ropa cómoda y nos dirigimos al Bosque Carite en Patillas.   Tomamos la Ruta Panorámica Luis Muñoz Marín y condujimos montaña adentro.  Ya de camino sentimos el friito característico de los campos de Puerto Rico.

Al llegar a aquel apacible lugar ya nuestras revoluciones habían bajado y comenzamos a disfrutar de los regalos que Dios nos brinda a través de la naturaleza.  El día estaba perfecto para hacer este tipo de travesía.  Tomamos la vereda y caminamos pausadamente.  La idea era disfrutar del viaje.  Realmente no teníamos un plan concreto, tampoco sabíamos a dónde nos llevaría la vereda porque nunca antes habíamos estado allí.  Pero la paz que nos invadía nos permitió disfrutarnos el recorrido.

Paramos a tocar el agua y observar pequeños insectos que caminaban sobre ella como si fuera un piso firme.  A los nenes les encantó.  Vimos muchas especies diferentes de helechos.  En varias ocasiones tuvimos que atravesar un pequeño riachuelo pasando sobre varios puentes peatonales.  Subimos y subimos y al fin llegamos a una pequeña posa.  Allí había varias familias disfrutando de darse un baño en las frías aguas que bajaban de montaña. Nos quedamos un rato a disfrutar del sonido del agua que caía de una pequeña cascadita.

Mi hijo pequeño descubrió una hoja de Yagrumo y le llamó tanto la atención que quería llevársela de recuerdo.

Luego desistió de la idea porque la pobre estaba algo maltratada. Fue entonces que descubrió varias piedras con formas que para él simulaban peces, ballenas y delfines.

Así que ni corto ni perezoso y las echó en su bolsillo e iniciamos el camino de regreso.  De camino había tanto silencio que nos dimos cuenta de que la naturaleza nos hablaba por medio del canto de los pajaritos.  Nos detuvimos unos minutos para escuchar con atención lo que tenían que decirnos.  Fue el momento oportuno para hacer una oración y darle gracias a Dios por las tantas bendiciones que nos permiten disfrutar.

En poco tiempo ya habíamos llegado otra vez a nuestro carro.  Abandonamos aquel hermoso lugar con los corazones llenos de paz y felices de haber decidido darnos la oportunidad y visitar un bosque.  A los nenes les gustó tanto que le pidieron a papá que hagamos viajes como este más a menudo, por lo menos una vez al mes.  El accedió pero nos dejó con la interrogante de dónde será nuestro próximo encuentro con la naturaleza.  ¡Ya les contaré!

Demás está decirles que aprendieron un montón, pero fue todo tan natural que no se dieron cuenta.  Este tipo de excursión les ayuda a ser más sensibles sobre la necesidad de cuidar nuestro recursos naturales.

Y ustedes, ¿qué sitios visitan para estar en contacto con la naturaleza?

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